Me prometiste la luna, hasta las
estrellas si se me antojaba. Me diste en un solo abrazo mil y un besos en el
cuello. Me dijiste cada cinco minutos que yo, era tu vida. Me sonreíste como
nunca antes lo habías hecho. Me recordaste cada instante a mi lado con una
sonrisa. Me propusiste ir al revés del mundo, correr en sentido contrario al
resto de los estúpidos. Me deseaste tener hasta cuando ya me tenías. Me
drogaste con tus besos. Me cogiste a caballito solo por querer tenerme más
cerca. Me soñaste despierto. Me agarraste por detrás y me susurraste al oído
que me querías. Me comiste a mordiscos; y me quisiste a besos. Me gritaste la
tontería más pequeña. Moviste cielo y tierra para complacerme. Te equivocaste
hasta en la cosa más tonta. Me enseñaste a jugar con la vida no contra ella. Me
repetiste una y otra vez que esto no es un sueño, esto es mejor. Me levantaste
con cuidado, o incluso te sentaste a mi lado para nunca dejarme sola. Me
hiciste volar con cada uno de tus guiños. Y lo mejor fue que me quisiste.
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