sábado, 15 de diciembre de 2012

Ilusionarme, ¿Era necesario?

Tus besos, ¿eran necesarios? Cada caricia, ¿era necesaria? El roce de tu piel con la mía, ¿era necesario?  Esa pregunta que me hiciste, ¿era necesaria? Las sonrisas ¿eran acaso necesarias? Aquellas miradas ¿realmente eran necesarias?
No. Nada de lo anterior era necesario. ¿Sabes por qué? Porque solo lo hiciste para ilusionarme. ¿Todas aquellas mentiras? ¿Por qué? ¿Por qué te gustaba mentirme? ¿Por qué te empeñaste en jugar conmigo como si de un juguete se tratara? Sabes igual que yo que todo aquello no era necesario. Sabes que si desde el principio tenías las ideas claras, no debiste ocultármelas. Para mí, ocultar la verdad implica mentir. Y tú me has mentido. Una y otra vez. Día tras día. Haciéndome pensar que lo nuestro podía llegar a ser algo grande. Creyendo que sería el principio de una historia. Pero, tú en ningún momento has pensado lo mismo. Por tu cabeza nunca estaba el pensamiento de quererme. En tu corazón nunca había un sentimiento hacia mí. Entonces, dime, ¿para qué me ilusionas?

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