No. Nada de lo anterior era
necesario. ¿Sabes por qué? Porque solo lo hiciste para ilusionarme. ¿Todas
aquellas mentiras? ¿Por qué? ¿Por qué te gustaba mentirme? ¿Por qué te
empeñaste en jugar conmigo como si de un juguete se tratara? Sabes igual que yo
que todo aquello no era necesario. Sabes que si desde el principio tenías las
ideas claras, no debiste ocultármelas. Para mí, ocultar la verdad implica
mentir. Y tú me has mentido. Una y otra vez. Día tras día. Haciéndome pensar
que lo nuestro podía llegar a ser algo grande. Creyendo que sería el principio
de una historia. Pero, tú en ningún momento has pensado lo mismo. Por tu cabeza
nunca estaba el pensamiento de quererme. En tu corazón nunca había un
sentimiento hacia mí. Entonces, dime, ¿para qué me ilusionas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario